La sensación del "nunca nunca nunca" es de lo peorcito.
Este afán tonto que tenemos de querer conseguir las cosas que queremos,
se anula ante el "nunca nunca nunca". Porque existe. Y eso es lo peorcito.
Y ¿por qué? Porque no. Porque no. Porque a veces las cosas son así.
No se puede explicar, creo, hasta que no lo sientes.
Y aún así, no sé explicarlo. Que peníta. Yo que hubiera dicho que sí a una vida completa al segundo...
A ver si nos enteramos de que el derecho creativo de melodramas es absolutamente mío.
ResponderEliminarNunca nunca tuyo.
El nunca creo que no existe. Con el paso del tiempo se convierte en un ahora-ahora no me interesa.
Sí. Eso es.