domingo, 24 de abril de 2011

Me inyectaron suero de colores

Tengo un nudo en el estómago que llega hasta los tobillos. Qué humildemente impresionante sensación. Y no, anoche no era el momento. Lo supe y aluciné en el baño hablando con Raquel sobre la vida "todo fluye, todo encuentra su momento y hoy no era, no hay más que pensar".

Aún bailo al son de Juan Luís Guerra, porque apenas hace unas horas que se apagó la música. Aún pienso y repienso en mi sueño de esta noche y aún ahora alucino con la mente humana (al menos con mi mente humana). Adoro sus formas de establecer conexiones que no existieron pero que necesita que existan. Es que no me logro explicar como consigue dar salida a las situaciones que no hubo pero que quería imperiosamente que se dieran.

Lo peor de todo es que da unas explicaciones tan razonables. Ella dijo algo así como "no diré nada: nada...". Y yo me quedaba con una sensación taaan extraña.

Esos locos sueños, que igual un día se cumplen.
Aún tengo que escribir, aún tenemos que hablar.
Aún no se me olvida.

Aún tengo ganas.

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