sábado, 29 de octubre de 2011

Cambio

radical. Más profundo, más intrínseco, más dentro, más pegado a las vesículas biliares, más en los pulmones, en los huesos, en la médula espinal, justo debajo de la yugular, en el oído interno, en la epidermis, en las terminaciones nerviosas, en el fondo del esófago y también en la tráquea. Hasta el diafragma.

Y no es que antes no, pero ahora empieza otra cosa. Ahora hay otra cosa. Sin duda. Y me alegro tanto de que esté esto porque esto si se merece durar para siempre. Antes fluía, ahora se ha encaramado a mi ser.

Acepto a mi yo que se equivocó, y adoro a mi yo que ahora ha vuelto a nacer.

Tú.

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