Y la flecha es invisible, y no había nadie en el techo que la lanzara. Sólo había Roma y hoteles. Sólo había calle. Qué casualidad, que las casualidades no existen. No hay bañera roja, ni sábanas blancas ni tampoco una boda en el baño. Pero yo sigo aquí.
"Me quedo a ver el amanecer y luego nos decimos adiós"
Julio Médem grandioso con Habitación en Roma
Y al final...amaneció... Se ha nublado de repente y hay relámpagos
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