Öö es noche en estonio. Y aitä es gracias. Aunque aún estoy levitando en este aire semi cálido (por ahora) que es Tallinn, no paro de pensar.
No paro, no puedo y no quiero. Tal y como te lo cuento.
Descubrir a la vez que piensas es la mejor idea que se me ha ocurrido nunca. Sentir, pasear, que se erice la piel y seguir escuchando a Ismael Serrano en esta habitación de hotel.
Sí, por muy lejos que estemos, seguimos siendo los mismos. Qué alegría.
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