Querernos a base de bien y disfrutar esta noche de la inocencia, porque los sueños se hacen realidad, quizá no en la forma que en un principio esperábamos pero sí, realidad muy real.
Y si no, que se lo digan a mi bicicleta o a esta sensación de amor profundo a la vida que llena una sala, un corazón, cuatro o millones.
¿Que soy un dictador?
Pues sí, ¡dictado y para examen!
El Duero consigue calarse en mi ropa y empapar mis calcetines, rebasar los límites de la consciencia y tomar un sitio en alguna parte. Qué bonito todo lo que he visto y vivido. Que llueva, que llueva... que hay tractores, gallinas, cebada, ¡magdalenas!, vino, casas consistoriales, piedra, y mucho verde.
Verde, que te quiero verde...
ResponderEliminarO el amor.
Maravilloso!
ResponderEliminarmaravilloso!!!!